Una noche que cambió la vida de una familia entera.
En la comunidad de San José Tenango, perteneciente a Huautla de Jiménez, Oaxaca, las noches suelen ser silenciosas y húmedas, arropadas por la neblina y los susurros de la montaña. Pero aquella noche, el cielo se rompió. Las lluvias de una tormenta caían sin tregua, como si el mundo llorara anticipadamente por lo que estaba por suceder.
Simón Jiménez y Leonor García, padres de cuatro pequeños, se acurrucaban con sus hijos en la única habitación de su casa, hecha con esfuerzo, con tierra, madera y amor. Una casa humilde, como muchas en la sierra, pero llena de esperanza. La pequeña Ferely Jiménez García, de apenas 12 años de edad; dormía entre sus hermanos, con el corazón tranquilo, confiando en la protección que su familia siempre le brindaba.

El cerro que protegía, esa noche fue enemigo
El cerro, que por años había sido parte del paisaje, guardián silencioso de la comunidad, esa noche mostró su rostro más oscuro. Sin previo aviso, sin un solo crujido de advertencia, se desgajó. La tierra tembló y una enorme masa de lodo, piedras y árboles cayó sin piedad sobre la vivienda de la familia Jiménez García.
En medio del estruendo, Simón reaccionó como lo haría cualquier padre: cubrió a sus hijos con su propio cuerpo, intentó empujar los escombros, gritó, oró, lloró. Logró rescatar a tres de sus hijos, con ayuda de vecinos y familiares que llegaban entre el lodo y la lluvia. Pero Ferely quedó atrapada.
Una parte de la pared de la vivienda colapsó justo sobre su pierna. El dolor fue inmediato, desgarrador. El impacto fue devastador. Su pierna izquierda de Ferely quedó atrapada; horas más tarde, fue rescatada, su pierna, estaba severamente comprometida. La ayuda médica tardó. El camino estaba destruido. El tiempo, el enemigo. El diagnóstico fue devastador: una fractura grave, con posible afectación permanente en su movilidad si no recibe atención urgente y especializada. Días después, los médicos no tuvieron más opción; la pierna izquierda de Ferely tuvo que ser amputada.
El amor de un padre no tiene límites
Simón no ha dejado de buscar ayuda. Recorre caminos con la esperanza de encontrar un médico, un hospital, una institución que les dé una respuesta. Leonor, con los ojos hinchados de tanto llorar, abraza a su hija día y noche. Le canta al oído y le promete que todo estará bien. Pero ellos saben que solos, no pueden más.

El 11 de Mayo de 2025, el caso de Ferely ha llegado a la Estancia Fraternidad, donde miles de historias encuentran eco, pero cada una duele como si fuera la primera. Aquí, vemos a diario lo que significa perderlo todo en segundos: casas, salud, estabilidad, pero también cómo brilla el alma humana en medio de la tragedia.
Un llamado urgente a los corazones solidarios
Esta historia no solo es para conmovernos; es para movilizarnos. Es un llamado a las autoridades, a nuestros representantes populares, a empresarios, médicos, fundaciones; y a todas las personas de buen corazón. Ferely necesita una prótesis adecuada y atención médica especializada que le permitan volver a caminar, volver a correr con sus hermanitos, volver a soñar sin dolor.
No se trata solo de la perdida de una pierna . Se trata de un futuro que puede apagarse por falta de apoyo. Se trata de una niña valiente, que resistió el golpe de la naturaleza con una fuerza admirable, pero que ahora necesita que tú, que lees esta historia, le extiendas la mano.
Ferely es el reflejo de miles de niñas y niños olvidados
Cada vez que ocurre una tragedia natural en México, hay nombres que nunca se mencionan en los medios, rostros que no aparecen en las noticias, pero que sufren igual. Ferely representa a miles de niños que, en las zonas más alejadas y vulnerables de nuestro país, enfrentan la vida con una esperanza que solo sobrevive gracias a la solidaridad de todos.

Desde la Estancia Fraternidad hacemos lo que está a nuestro alcance: hospedaje, alimentación, vinculación con médicos, acompañamiento emocional. Pero necesitamos aliados. Necesitamos recursos. Necesitamos que esta historia no quede solo en un artículo, sino que se convierta en una causa que nos una.
Cómo puedes ayudar a Ferely
- Si formas parte de una institución médica, dona atención especializada.
- Si eres servidor público, gestiona ayuda directa.
- Si eres empresario, puedes aportar económicamente o en especie.
- Si eres ciudadano, comparte esta historia, haz una donación, acompáñanos.
Ferely merece caminar, merece reír, merece un futuro. No dejemos que el grito del cerro sea más fuerte que nuestra capacidad de ayudar.